Samuel el ‘Caos’ Moreno

Cuando todos pensábamos que no podía haber un peor alcalde en la historia de Bogotá que Andrés Pastrana Arango, apareció, sacado de la manga del Polo Democrático Alternativo, Samuel Moreno o ‘Samuelito’, como le dicen cariñosamente quienes manejan sus hilos en el poder, como el títere que es.

Simpático él, como todos lo reconocemos, llegó muy sonriente a la alcaldía de la capital colombiana a superar con creces - claro está que con frivolidades, malas obras y decisiones estúpidas - a Pastrana en ese puesto de alcalde perverso, que dejó a Bogotá rezagada, hundida, indigente, paupérrima y todos los adjetivos negativos que se les ocurran a ustedes.

Esas ganas de poder que tiene su mamá María Eugenia - quien también ‘colocó’ a su hermano Iván a hacer política en Santander con resultados funestos - sumado a la sed burocrática que tiene el raquítico partido del Polo que con un ‘dinosaurio’ como Carlos Gaviria a la cabeza busca, con el gran resentimiento que comparte con la sangrienta guerrilla, ‘tumbar el establecimiento’ y ‘tomarse el poder’ llevaron a Samuel al palacio Liévano.

En campaña demostró que decía las cosas sin pensar, o sino recuerden la respuesta que en debate previo a su elección dio a la pregunta de Antanas Mockus sobre si compraría votos, y hoy, como alcalde, hace las cosas sin pensar. Como una veleta toma decisiones que seguramente le soplan sus titiriteros más cercanos.

Todo lo avanzado por sus buenos antecesores, como Mockus y Peñaloza - bueno y hasta Lucho Garzón - se desvaneció en esta alcaldía. La inseguridad, la falta de movilidad, los espacios peatonales ocupados, que ya habían sido superados en gran parte, regresaron como por arte del mago ‘Samuelito’ o, mejor, de sus amigos del Polo.

Las calles de Bogotá están en su peor momento. En muchos huecos destructores y provocadores de accidentes se pueden tranquilamente sembrar árboles, en la Autopista Norte y en varias vías principales es tan poca la movilidad que se encuentran a lo largo de ellas vendedores ambulantes, los robos y muertes siguen al alza, mientras que el alcalde sólo se dedica a coleccionar manillitas, eso sí muy bonitas y hasta originales.

Dos decisiones que son la ‘tapa’: nombrar a Luis Bernardo Villegas como secretario de movilidad el año pasado cuando a este señor le quedó grande la gerencia de Transmilenio ‘un sistema de vida indigno’ y, segundo, ampliar el pico y placa dos días para los carros particulares, algo que le deja menos plata a la ciudad y que estimula a que entren más vehículos a nuestras escasas calles.

Bueno, Samuelito, aquí seguiremos pendientes de tus malas actuaciones para denunciarlas para que no nos vaya a pasar lo que pasó con Pastrana, que luego de su pésima alcaldía lo premiamos en la presidencia. Ya dicen los sabios que ‘quien olvida su historia está condenado a repetirla’. Y Samuel el ‘Caos’ Moreno se está ganando ya su jubilación en la política y no precisamente por la ‘puerta grande’.

Nota: Que pena con Ungenio Gonzalez, pero son muy parecidos.