sábado, 24 de abril de 2010

De Colombia a Locombia


Según las encuestas estamos próximos a pasar de Colombia a Locombia, un país gobernado por un loquito que le gusta mostrar el rabo, subirse a elefantes, disfrazarse de superhéroe criollo y echarle vasos de agua a sus críticos, aunque cuando se los echan a él se pone furioso.

Antanas Mockus es el nuevo mesías en un país que siempre anda en busca de personajes exóticos para expresar su inconformismo con la clase política tradicional.

Ya lo vivimos en Bogotá con el concejal lustrabotas, borracho y maltratador, con el actual alcalde Moreno y con el mismo Mockus, el que dice no ser político pero dejó tirado la primera alcaldía obnubilado por querer llegar a la presidencia.

Casi lloro cuando Mockus casi llora el día que se le unió un exalcalde, apenas aceptable de Medellín, Sergio Fajardo, pues me lo imagino llorando a pierna suelta con todos los problemas y enemigos que a diario debe enfrentar un presidente como el de Colombia, más cuando está rodeado de un vecindario hostil y perverso.

Me dio lástima cuando confesó que tenía el Parkinson y algo de rabia con algunos chistes que surgieron sobre el tema, como el de que el profesor en una eventual presidencia no puede decir que no le temblará la mano contra las Farc o que le quedará difícil firmar decretos que beneficien el país.

Pero en esos chistes encuentro algo de razón. No puede ser posible que en su alcaldía, el día que se posesionó por primera vez el presidente Uribe, los terroristas hayan asesinado a más de 20 personas y hayan herido a otros tantos.

El país necesita la legalidad, honestidad y, sobretodo, la coherencia que predica el candidato presidencial del partido Verde, aunque en su momento haya sido el más crítico de la gestión de Lucho Garzón, a quien hoy abraza y defiende como uno de sus máximos coequiperos.

Igualmente Colombia necesita la educación, pero no con profesores tan enredados como el doctor Mockus, al que poco le hemos entendido los colombianos por su forma de hablar enmarañada, pausada, aburrida, como sin ganas.

Dicen por ahí y me uno a esta causa que Antanas Mockus está acudiendo a la vieja misiva de ‘divide, confunde y reinarás’, pues nos tiene confundidos, ha dividido al país y, tal vez por eso, va arriba en las encuestas.

Si esto es así me siento también ofendido, pues nos está viendo la cara de bobos a todos los colombianos, como pensaría él ‘como no entienden los enredo para que voten por mí, sí señor’.

Y se jacta de no ser buscapleitos, pero en su empeño por llegar a la presidencia recuerdo que ha toreado y lanzado puyas contra su hoy candidato a vicepresidente, contra Santos, Petro y Noemí. También para pelear va con nadadito de perro, como quien no quiere la cosa.

Si Mockus llega a la presidencia confirmaremos, una vez más, que vivimos en el país del Sagrado Corazón y entraremos a esa lista de países como Ecuador, Venezuela y Bolivia que tienen mandatarios exóticos, que son siempre noticia por opiniones como las de Evo de que ‘el pollo es uno de los factores que lleva a la homosexualidad’.

Yo salvo mi voto por Colombia, como salvé el de la alcaldía de Bogotá, porque quiero tener la conciencia tranquila, el día que el terreno recuperado por el Estado a la guerrilla vuelva a manos de ella, y regresen los secuestros y el miedo.

Quiero tener mi conciencia tranquila cuando Chávez logre meter su revolución empobrecedora a Colombia, alejando inversionistas y cerrando los canales de comunicación y de opinión, no solo de los grandes medios sino también los de nosotros mismos, la gente común y silvestre.

Como dijo un expresidente alguna vez ‘bienvenidos al futuro’ a una patria querida que alguna vez se llamó Colombia y ahora pasa a ser Locombia.

Nota: Imagen tomada de internet del candidato Antanas Mockus.

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